domingo, 17 de noviembre de 2013

CONTACTO CON TACTO. NORBERTO DA FONSECA (VÍA "OCOOLISTA MAGAZINE")



Aprovechando la visita a nuestro país  del escritor uruguayo Norberto da Fonseca, OCOOLISTA acude a la capital española para darse cita en el barrio de La Latina con el autor del célebre y clásico ensayo "Los sentimientos en la arquitectura cognitiva".
La abovedada sala del Junk Club es el escenario donde están a punto de recogerse unas reflexiones tan lúcidas como excitantes que suponen un golpe de aire fresco ante el convulso panorama que vivimos.
Mientras espero tomando un café americano en una mesa, Da Fonseca aparece bajando las escaleras del local con su habitual andar y su constante sombrero verde. Después de saludarnos, toma asiento,  se disculpa por el retraso y alude al intenso tráfico madrileño.


¿Que tal la dura semana de presentación de su nuevo libro en España? Imagino que actividad sin descanso…

La verdad es que no me puedo quejar. España es un país que siempre me acoge con los brazos abiertos… y aunque la actividad sea constante, siempre hay tiempo para un buen bourbon con soda (risas).


¿Como puede explicar esa buena relación con nuestro país?

Imagino que, principalmente, se debe al hecho de que poseemos una lengua común que nos hace hermanos y, en menor medida, a que los temas que trato son tan universales como el sexo o el vino.


"Alma, corazón y pistachos" (ABR Editores) ha cosechado multitud de reconocimientos por parte de crítica y público. ¿Es usted el nuevo niño (y permítame lo de "niño") mimado da las nuevas letras hispanoamericanas?

Pues permítame usted que le diga que no me siento así… ni siquiera me preocupa lo que diga la crítica, asumo su rol pero no le presto atención alguna. Más me importa lo que piensen los lectores anónimos, esos que deciden gastarse los veinte dólares que cuesta el libro… pero me importan desde un punto de vista puramente experimental, como receptores de ideas vivas, en constante movimiento, como anti-nichos dinámicos.


¿Quiere decir que no le importa el éxito?

Pues claro que no! Y si tuviese que medir lo que me importa y la forma en que me importa lo representaría en un porcentaje negativo… un -5% por ejemplo.


¿A qué se refiere?

El éxito no es más que un elemento de "autofelación", una palmada ajena en el pecho que, en realidad, lo único que provoca es la distracción autómata, un muro de hormigón que separa al autor de lo verdaderamente relevante. No puedo negar que, económicamente, me permite seguir escribiendo con calma pero lo cierto es que cuando no disponía de dinero, mis métodos, mi ritmo, mis inspiraciones y aspiraciones, mis pensamientos, mis rutinas… todo, era exactamente igual.


Habla en su nuevo libro de la importancia de conocerse por dentro, de conocer la historia y de ser capaz de cambiarla. ¿Surge todo esto a raiz de la actual situación que nos está tocando vivir?

Digamos que todas las ideas y temas que trato son factores que desde niño considero fundamentales y, quizás, la brutal, salvaje y violenta crisis que vivimos es la prueba de que acierto en la diana. Es sinceramente vergonzante asistir a una autodestrucción del ser humano tan ridícula… y más siendo conscientes de que todos acabaremos reducidos a cenizas en unos años. La capacidad que tienen algunos para hundir a otros sólo es comparable a la silenciosa pasividad de esos otros adaptándose a semejante injusticia. 
Lo que pretendo… o mejor dicho, lo que anhelo es poder despertar la furia y el sentido reivindicativo de aquellos que se encuentran en la parte inferior de esta gran rampa que supone el capitalismo voraz.


Es de sobra conocida (y acaba de dar muestra de ello) su orientación ideológica. Es habitual su presencia en actos de protesta ligados a la izquierda y su apoyo a movimientos como el 15M. ¿Cree que esto puede cerrarle puertas en el futuro?

¿Cree usted que haberme hecho esta pregunta puede abrirle puertas en el futuro?


No estoy seguro de haber entendido su respuesta…

No esperaba lo contrario.


Cambiando de tema… vive ahora en New York con sus dos hijas y su mujer, ciudad que a su vez le sirve de escenario para su novela y fuente de inspiración para muchos artistas. ¿Cómo le ha influido esto a usted?

Supongo que de multitud de maneras. Nueva York es una ciudad inmensa, una colmena de culturas, razas, religiones, ideologías, personas… donde todo y todos somos extranjeros, un ejemplo de globalización pero también de localismo, una ciudad contradictoria, adictiva, frenética, efervescente…
Vivo en El Barrio, East Harlem. De vez en cuando, escucho disparos pero me asomo a la ventana y veo a niñas con sus coletas saltar a la cuerda en la acera.
Bajo a tomar café a un local de mi calle, la 110, donde también vivió Tito Puente y, a través del cristal miro a chicos negros con ropa amplia traficando con drogas mientras altos ejecutivos de Wall Street conducen en sus 4x4 camino a sus lujosos áticos del Upper East Side. 
Por las mañanas corro por Central Park y me cruzo con hermosas mujeres de cuerpos esculpidos en quirófanos, con sus ipods, zapatillas Nike, ropa deportiva de diseño y rostro impenetrable. Al volver a casa, otras mujeres, con la piel curtida, gesto de desaliento y una mirada honda en tristeza, falta de esperanza, caminan sin energía, con los uniformes sucios de la empresa de limpieza en que trabajan, con la única ilusión de que su chico de quince años no se haya metido en problemas.
¿Que cómo me influye? De la misma forma que a cualquier otra persona con conciencia.


Jorge Luís Borges, Juan Rulfo o Julio Cortázar son algunos de los autores que usted ha reconocido como fuente de inspiración. ¿Podría desvelarnos alguno más?

Sin lugar a dudas, los tres que citas son referentes personales tanto por su originalidad como por su forma de entender la literatura y cuidar la lengua. 
No estoy seguro de que el término sea "fuente de inspiración" pero sí le puedo decir qué otros autores me fascinan. Pensadores como Aristóteles, por ejemplo, con su "Ética de Nicomaco", "El capital" de Marx, Marcuse, Jürgen Habermas y su visión del entendimiento dialéctico… Narradores españoles como Millás, Rosalía de Castro, Sampedro, Eduardo Mendoza, Almudena Grandes… son muchos… es una red tan grande que daría la vuelta al planeta...


¿Cuáles son sus objetivos a corto plazo?

El mismo que a largo plazo: seguir viviendo.


Diez preguntas más tarde, ambos nos despedíamos bajo la oscuridad de un miércoles en la Plaza de la Paja.

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